Cinco Panes y Dos Pescados

La era de la Iglesia Digital

“Los caminos del señor son inescrutables” (Isaías, 55). Mucho se ha hablado sobre el futuro de nuestra Iglesia en estos tiempos de cambios e innovación tecnológica. ¿Acaso ya no hay sitio para Dios en el corazón de los hombres?. En occidente y según países qué, alrededor del 80% de los jóvenes cristianos entre 18 y 29 años aseguran no saber cómo la Biblia puede ayudarles en su profesión o en sus estudios. Un 25% de los adultos jóvenes, educados en la fe cristiana consideran al cristianismo como una antítesis de la ciencia. En este contexto, la Iglesia se debate entre continuar aferrada al pasado o adoptar una nueva perspectiva que le permita continuar su labor adoctrinadora y predicadora de la palabra de Dios.

Los caminos de la Iglesia e Internet

A menudo, las tecnologías como Internet y las redes sociales han sido demonizadas por determinados sectores de la Iglesia, argumentando que se trata de herramientas que deshumanizan a la sociedad o que contribuyen a promover el pecado. Sin embargo, las estadísticas arrojan un mensaje bien distinto. Por supuesto que en Internet hay lugares y personas que incitan al pecado, pero también los hay fuera de la red. Afortunadamente, Internet y las redes sociales también están sirviendo para propósitos mucho más nobles, como interconectar a las personas de distintos países y permitir que se comuniquen con rapidez y eficacia. La divulgación de la información nunca había tenido lugar de una forma tan rápida y global. Proyectos como internet.org del fundador de Facebook Mark Zuckerberg, se plantean lograr que Internet alcance una cobertura global gratuita, de forma que cualquier persona pueda tener acceso libre desde cualquier rincón del mundo. ¿Cuál será el papel de la Iglesia en este movimiento tecnológico sin precedentes?

Medio siglo después de la primera copia impresa de la Biblia, llevada a cabo por Gutenberg en el año 1.450, las sagradas escrituras ya habían sido reproducidas en papel 20 millones de veces. Con el tiempo, la Biblia se convertiría en la obra más traducida y distribuida de la historia. En la actualidad, la palabra del Señor está presente en infinidad de páginas webs y es accesible desde computadores de escritorio, portátiles, celulares y tabletas. Es más, cada vez se hace más frecuente ver cómo nuestras iglesias reemplazan la tradicional Biblia impresa por versiones digitales, y los boletines dominicales son ahora distribuidos vía bluetooth antes del inicio de los servicios. Se trata de un movimiento imparable que lejos de perjudicar a nuestra Iglesia está contribuyendo a propagar la palabra de Dios más lejos y más fácilmente de lo que se había podido imaginar hasta ahora.

La venida de Jesucristo a este mundo tuvo como propósito, no sólo redimirnos de nuestros pecados con la expresión del máximo sacrificio, sino también encargarnos una misión divina: compartir y hacer llegar la palabra de Dios allí donde aún es desconocida (“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones” Mateo 28:19). Si hacemos un buen uso de los dones y talentos que Dios nos dio, las nuevas tecnologías como Internet y las redes sociales pueden convertirse en una poderosa herramienta que contribuya a llevar su palabra a todos los rincones del mundo y dar consuelo y guía a los cristianos que lo necesiten.

Mientras que la televisión necesitó de 13 años para alcanzar 50 millones de espectadores, Internet logró esta cifra en apenas 4. La red social Facebook superó los 200 millones en menos de 1 año y el servidor de descargas online del ipod alcanzó la cifra de 100 mil millones en apenas 9 meses. La forma en la que la comunicación tiene lugar ha cambiado radicalmente en apenas unas décadas. Las personas y especialmente los Millennials (aquellas generaciones nacidas en las 2 últimas décadas del siglo XX) se relacionan a través de redes sociales como Twiiter o Facebook –que en la actualidad ya cuenta con más de 1.200 millones de usuarios activos al mes- y buscan información en “motores de búsqueda” como Google, Yahoo o Youtube. Tal es la interconexión entre los usuarios de Internet que el 78% de los consumidores aseguran confiar más en la opinión de otros usuarios que en la publicidad.
¿Internet sin la presencia de la Iglesia?
La falta de determinación de algunos puede ser la oportunidad de otros. Sectas como la Cienciología y otros movimientos pseudo-religiosos no han perdido el tiempo durante estas décadas de desarrollo de Internet y han ido consolidando su presencia online, ocupando el puesto de la Iglesia y dando una respuesta a aquellos que se sentían desatendidos.
De forma semejante, la fuerte voluntad de la confesión islámica ha contribuido a crear toda una corriente de pensamiento en Internet conocida como ciberislam. Si la Iglesia Cristiana no adopta una actitud responsable y activa respecto a su presencia en Internet, otros lo harán por ella o peor aún, hablarán de ella sin obtener respuesta.

Los primeros pasos de la Iglesia en el mundo digital

Afortunadamente, la Iglesia cuenta con valientes pioneros que ya desde hace tiempo llevan haciendo incursiones en Internet mediante la creación de páginas web, perfiles sociales, etc. Sin embargo, esta labor es a menudo realizada de una forma muy deficiente. Es necesario planificar una estrategia de marketing y comunicación que logre consolidar la presencia de la Iglesia en el universo digital. De lo contrario, seguiremos asistiendo a la aparición de innumerables webs que, apenas tras comenzar a funcionar y publicar algo de contenido son abandonadas o pobremente gestionadas. Las iglesias necesitan contar con una presencia clara y cuidada en Internet, la cual les permita reforzar su labor en la comunidad y cubrir aquellas zonas geográficas que, de otra manera, no podrían alcanzar. Por su parte, aquellas iglesias con mayores congregaciones y recursos deben convertirse en polos de comunicación digital de alcance mundial. Todo ello siempre recordando que:

  • El mensaje del señor es imperecedero (“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” Mateo 24:35).
  • Dios ayuda a aquellos que reciben su llamada, así que es necesario formarnos para acometer nuestra misión en este nuevo contexto tecnológico.
  • Debemos ser generosos y dar de lo que recibimos.
  • Siempre, la gloria es y será para Dios, no para las personas.

Sea como fuere, el primer paso de toda iglesia que quiera tener presencia online es la creación y desarrollo de un sitio web, que sirva como lugar de referencia, a partir del cual se lleven a cabo todo un conjunto de acciones encaminadas a predicar la palabra de Dios. La website de una iglesia cristiana debe ser un lugar con una imagen cuidada que refleje los valores de nuestra fe e inspire a aquellos que decidan aproximarse a Cristo. Es por ello necesario conocer todas las posibilidades existentes en torno al mundo del diseño gráfico y el diseño web para saber contar con los adecuados profesionales.

Igualmente, los pastores, así como todas aquellas personas que voluntariamente contribuyan a la presencia online de su iglesia, necesitan comprender la importancia que tienen los buscadores de Internet. Permíteme hermano explicarte este concepto de forma sencilla. Los buscadores o motores de búsqueda como Google son utilizados por los internautas para encontrar la información que buscan de forma rápida y sencilla escribiendo los conceptos en los que están interesados. Aprender a crear los contenidos apropiados y contar con el apoyo de técnicos expertos en la materia te permitirá posicionar la web de tu iglesia cristiana en las primeras posiciones de los motores de búsqueda –lo que se conoce como posicionamiento orgánico- y lograr así una mayor exposición y más visitas a dicha web. A esto último se lo denomina “tráfico web”, y es fundamental para asegurar que los esfuerzos realizados se traduzcan en visitantes a los que ayudar y predicar la palabra del Señor. Una vez la web de una iglesia ya cuenta con la imagen y el diseño apropiado, y ha sido bien posicionada es hora de llevar a cabo un conjunto de acciones para asegurar que sus contenidos alcanzan al mayor número de personas posibles. Esto tiene lugar gracias al marketing digital.

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Marketing digital para la Iglesia en Internet

Al contrario de lo que pueda parecer, el marketing digital es una de las herramientas fundamentales que la Iglesia necesita comenzar a emplear para lograr llevar a cabo su labor evangelizadora.

El marketing digital es un conjunto de herramientas y técnicas que bien administradas permiten generar un vínculo entre un producto digital y aquellas personas que lo utilizan, entendiendo como producto digital, un bien o un servicio que se brinda a través de Internet. En el caso de la lglesia Cristiana, este producto no es otra cosa que el mensaje del evangelio.

Ahora bien, como ya se ha mencionado, el marketing digital debe ser aplicado de una forma sistemática y bien planificada. Para ello, es necesario familiarizarse con una serie de conceptos básicos muy utilizados en este campo. Lo primero que me gustaría plantearte es un sencillo ejercicio. Examina los términos enumerados en esta lista e indica cuáles te son familiares, cuáles con nuevos para ti y cuántos de ellos has utilizado a lo largo de este principio de año:

  • A/B testing
  • Astroturfing
  • Buyer Persona
  • Contenido enriquecido
  • Inbound
  • Funnel
  • Landing page
  • CTR, CPC,
  • Métricas
  • Long tail
  • Conversión
  • SEM, SEO y PPC
  • Adwords
  • Objetivos por canal
  • Minería de datos
  • Big data
  • Retargeting
  • Growthhacking

No te preocupes si la mayoría de estos términos o todos ellos te son completamente desconocidos. Precisamente, este artículo está pensado para ayudarte a dar tus primeros pasos en Internet y especialmente el mundo del marketing digital, y lograr así que con el tiempo seas capaz de desenvolverte con soltura y contribuir a que tu iglesia realice su misión de forma exitosa. No permitas que el desconocimiento te impida avanzar, es necesario fomentar el progreso de nuestra Iglesia y superar los antiguos métodos del pasado que han dejado de ser eficaces.

Conforme más profundices en este tema, irás descubriendo que el marketing digital supone un proceso a través del cual una iglesia digital utiliza distintos mecanismos para ponerse en contacto con cada vez un mayor número de usuarios online. Este proceso requiere de un análisis o analítica de datos que permita comprobar que las tareas realizadas tienen éxito y se está logrando una comunicación eficaz con cristianos y personas en busca de la fe en Internet. Hay muchas opciones y herramientas tales como la publicidad en los buscadores, el remarketing, el posicionamiento orgánico -del que ya hemos hablado brevemente- y la presencia en redes sociales. Precisamente, ésta última es uno de los recursos más relevantes en el campo del marketing digital.

La Iglesia Digital en las redes sociales: Credibilidad y Cercanía

Si prestamos únicamente atención al mercado de habla hispana, las redes sociales han adquirido un grado de penetración muy importante. Argentina cuenta ya con 7 millones de usuarios activos en las redes, seguida muy de cerca por México y Colombia. España por su parte es el 5º país con más número de usuarios activos de todo el planeta, tras haber alcanzado la cifra de 17 millones. No obstante, aún hay quienes se resisten a involucrar a su iglesia en las redes sociales con argumentos infundados.

Quizá algunas de las creencias equivocadas que más abundan entre los pastores de las iglesias es que las redes sociales son sólo para jóvenes y su único propósito es el ocio. Sin embargo, de nuevo las estadísticas desmienten algunas falsas creencias. En la actualidad, el segmento de población que más crecimiento está experimentando en las redes sociales es el de las personas maduras. De hecho, en facebook las mujeres de entre 55 y 65 años representan el mayor aumento de usuarios registrados. En cualquier caso, incluso si las redes sociales estuvieran única o mayoritariamente pobladas por jóvenes, ¿acaso no se merecen ellos también la guía y la ayuda de un pastor que les ayude a recibir la llamada del señor? ¿No pueden ellos verse muy beneficiados con alguien que resuelva sus dudas en el terreno de la fe? En lo concerniente al aspecto ocioso de las redes sociales, es necesario tener en cuenta que el estilo informal e incluso lúdico de muchas de ellas no debe considerarse un impedimento para llevar a cabo la labor evangelizadora. Al contrario, los usuarios de las redes sociales expresan sus opiniones con una libertad hasta ahora insólita en otros medios de comunicación. Este ambiente desenfadado y abierto puede ser el perfecto lugar para ampliar la comunidad de cristianos de una iglesia y ayudar a aquellos que aún no han recibido la palabra de Dios a encontrar un refugio y un sentido a sus vidas. Es necesario comprender el nuevo código, la nueva forma de comunicarse de los usuarios de Internet. De esa manera, la labor de la Iglesia como embajadora de Cristo se puede llevar a cabo con una fuerza desconocida en el pasado.

Las redes sociales funcionan además como juez de cada una de las instituciones, negocios, servicios y productos presentes en Internet. Esto es lo que se conoce como “prueba social” o “credibilidad social” de una entidad online. El 90% de los internautas confían en las recomendaciones de las personas que conocen. En Twitter por ejemplo, el 53% de las personas recomiendan productos en sus tweets (mensajes breves). El perfil online de una iglesia en una red social resultará fundamental para generar credibilidad social entre la comunidad, de forma que otros usuarios recomienden a la institución a sus amigos y conocidos. Pero eso no es todo.
Gracias a la presencia de la Iglesia en las redes sociales es posible mantener una comunicación permanente y fluida con los feligreses de una congregación, de manera que la labor evangelizadora se proyecte más allá de los servicios y sermones. Es más, quienes son conocidos como “nativos digitales”, es decir, aquellas generaciones que han nacido cuando la tecnología digital estaba totalmente implantada en nuestro día a día y se desenvuelven con bastante facilidad en las redes sociales siempre acudirán primero a estos entornos para interactuar y buscar información, de manera que esperarán que su iglesia también tenga presencia en aquellas.

La clave está en saber dar pasos firmes sin intentar abarcar más de lo uno puede (“Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden." 1 Corintos 14:40). Hay una infinidad de redes sociales. En lugar de apresurarse a crear un perfil en cada una de ellas, es más prudente y sensato empezar por aquellas que nos resulten más conocidas y desarrollar contenido poco a poco. Una vez vayamos congregando y consolidando una comunidad de creyentes en torno al perfil social de nuestra iglesia, puede entonces plantearse el salto a otra red social online que contribuya a enriquecer y hacer más eficiente la labor realizada hasta ese momento.

Email marketing de la Iglesia Digital

Uno de los errores más comunes entre aquellos que comienzan a dar presencia online a su iglesia es no preocuparse por crear lo que se conoce como una lista de suscriptores. Esto es, un listado de los emails de todos aquellos que visitan la web de su iglesia, siguen sus perfiles en las redes sociales y muestran interés por los contenidos publicados. Ahora bien, la recopilación de este conjunto de direcciones de correo electrónico debe llevarse a cabo de una forma respetuosa y siempre en cumplimiento de la ley de protección de datos. Después de todo, se trata de información privada que debe ser tratada con el máximo rigor. Afortunadamente, existen empresas especializadas en la gestión de estos datos y que son conocidas como gestores de email marketing.

Su labor es conservar esta información de forma segura y de acuerdo con la ley, de manera que nosotros, como responsables de la web de nuestra iglesia digital sólo necesitemos planificar las campañas de emails que enviemos a nuestros suscriptores y recibir información sobre los resultados obtenidos. Empresas tales como Aweber, GetResponse, Mailchimp y MailRelay son excelentes opciones para quienes comiencen a dar sus primeros pasos con la web de su iglesia y quieren comenzar desde el principio a crear un listado de suscriptores con los que poder comunicarse directamente. No en vano, la eficacia de las campañas de email es 100 veces mayor que la conseguida con las campañas publicitarias y el posicionamiento orgánico. Merece por tanto, una profunda consideración.

Imagina poder escribir con regularidad a los miles y miles de suscriptores de tu iglesia, haciéndoles llegar boletines informativos y toda clase de información útil sobre la fe y vuestra congregación. En el pasado, esta tarea sólo podía realizarse durante las predicas o en todo caso son sencillos boletines publicados en la iglesia u otras formas de comunicación convencionales, las cuales tenían un alcance muy limitado. Hoy en día, gracias a estas nuevas tecnologías podemos llegar hasta los hogares de las familias cristianas y mantener una comunicación mucho más eficaz, continua y personal.

La Iglesia Digital en el Nuevo Milenio

Si tras leer esta información aún albergas dudas sobre la necesidad que la Iglesia se oriente hacia las nuevas tecnologías con base en Internet, quizá te interese saber que la conocida como Generación Z, o lo que es lo mismo, aquellos que han nacido en el nuevo milenio y están totalmente apegados a Internet y al uso de las nuevas tecnologías, consideran mayoritariamente que el email es un instrumento del pasado. Es decir, aquella herramienta que constituye una de las claves del éxito del marketing online de muchas empresas en la actualidad –y que ni siquiera ha sido adecuadamente explotada por parte de las iglesias cristianas- es vista por los adolescentes del siglo XXI como algo obsoleto.

Si queremos que la Iglesia logre calar entre las nuevas generaciones es imperativo que comencemos a implantar nuestras estrategias para predicar la palabra de Dios.

Por favor escríbeme a pedro@d14fko01jgw5zo.cloudfront.net. Será un gusto conocerte. Este artículo fue escrito por Pedro Lancheros y  apareció por primera vez en el blog de 5p2p.  Por favor, ten la libertad de difundirlo respetando y citando la fuente: cincopanesydospescados.org. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.
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