La palabra apóstol en el marketing digital resulta bastante curiosa, pues su origen está basado precisamente en la labor de los primeros difusores del evangelio y, tratándose de los contenidos web cristianos, siguen ejerciendo la misma función.
¿Qué es un apóstol en el marketing digital?
Empecemos por traer un ejemplo de un cliente normal. Luego de que ha comprado un producto en una tienda y lo usa, no solo se vuelve un cliente recurrente, sino que además se encarga de compartir su experiencia de marca con familiares y amigos para recomendarla también.
¿Cuánto tuvo que pagarle la marca para que el cliente hiciera esto? Absolutamente nada, simplemente le vendió un producto de excelente calidad a un precio razonable, además de que se ajustó a las necesidades del cliente. ¿Qué tan efectiva es esta "publicidad" gratuita? Bastante, pues a diferencia del anuncio publicitario de una marca que claramente está tratando de vender algo, un cliente satisfecho no busca obtener nada a cambio, simplemente lo recomienda porque considera que sus familiares y amigos también pueden tener acceso a una marca de calidad.
Hoy en día, gracias a las redes sociales, este voz a voz del cliente apóstol entra en el terreno de lo digital, usando su propio muro o cuenta de Twitter para recomendar una marca, pero en caso de que la experiencia haya sido negativa puede usar estos medios precisamente para lo contrario: desprestigiarla.
¿Cómo se consiguen apóstoles para el marketing cristiano?
Ahora es momento de ver cómo se consiguen apóstoles para el marketing digital cristiano. Pues bien, al igual que un cliente que ha obtenido una experiencia satisfactoria con su marca, las iglesias cristianas también deben velar por tener creyentes satisfechos.
Esto se logra con un adecuado acompañamiento, apoyando sus conflictos, dudas, brindando consejería cuando lo requiere, motivándolo, etc. En ese sentido, esto se realiza durante las reuniones en el templo, pero también debe haber una respuesta oportuna cuando estos interactúen con el fanpage en Facebook, por ejemplo.
Otro aspecto importante tiene que ver con el adecuado uso de los canales digitales. Por un lado, un cristiano recomendará un fanpage porque su líder le ha solicitado que lo haga como parte de su contribución a la difusión del evangelio, pero por otra parte la idea es que lo haga por convicción propia.
Para llegar a esto, se debe sumar tanto la experiencia que ha tenido con la iglesia general, como la que le brindan los diferentes canales digitales: redes sociales, emailing, YouTube, blogs, etc. Es decir, que el apóstol del marketing cristiano los recomienda porque el contenido publicado y su frecuencia están en su punto ideal, de manera que no haya saturación y además se trate de posts edificantes para cualquier persona.
Así las cosas, no dudará en compartir el contenido de manera recurrente, publicará en su propio muro los enlaces con los diferentes eventos de la iglesia, entre muchas otras tareas de manera completamente autónoma.