Icono del sitio Cinco Panes y Dos Pescados

¿Quienes Somos?

5p2p-logo-1200x800

5p2p-logo-1200x800

Somos un sitio donde se publicaran tutoriales y recursos para iglesias, ministerios y entidades sin animo de lucro. La idea es apoyarlos en ayudar a que cumplan con lo que nos toca a todos: La Gran Comisión. Porque:

El español es la 4 lengua más hablada en el mundo después del Inglés, Chino e Hindi. Existen casi 580 millones (2020-Ago) de personas hablan español en el mundo, el 7,6% de la población mundial y el 50% tienen acceso a Internet. Es decir la única herramienta capaz de alcanzarlos a todos los 290 millones simultáneamente es el Internet. Hay aproximadamente en el mundo 80 millones de cristianos evangélicos protestantes que hablan español. Es decir, están las herramientas y el reto es enorme, debemos buscar esas personas que no conocen la Palabra de Dios.

Nadie sabe la fecha de regreso de Jesús y siendo atrevido, tal vez pase lo mismo con conocer lo que pasará en el Internet y las comunicaciones en los próximos años. Nadie, ni el hombre más innovador, soñador o futurista podrá anticipar lo que le espera a la humanidad en asuntos de información digital, tecnología y comunicación en la iglesia cristiana y su alcance. En este contexto, la Iglesia se debate entre continuar aferrada al pasado o adoptar una nueva perspectiva que le permita continuar su labor adoctrinadora y predicadora de la Palabra de Dios.

Esto nos lleva irremediablemente a usar todas las herramientas que la actual tecnología nos brinda para llevar la Palabra de Dios aclarando que cambia el medio no el mensaje. Este, el mensaje debe llegar a donde no haya llegado o donde esté presente pero que haya personas que no conozcan o no les atraiga.

Es importante aclarar que la tecnología aquí presentada como medio, es la forma a través de la cual se presenta. El fin último es que las personas se congreguen y hagan presencia y se relacionen, pues al final del día, lo que vale es agregarle valor a la vida de las personas y esto solo se logra interactuando recíprocamente.

Obviamente aprovechamos recursos pero no podemos olvidar que somos seres sociales y como tal debemos portarnos teniendo siempre presente el mundo espiritual que nos rodea. El lector podrá estar a la expectativa, puede también conectarse con ellos pero lo mejor y deseable es que se conecte y lidere estas personas. Haciéndolos multiplicadores.

No lo pensemos mucho, el mundo no se detiene y mientras lees esto, la pornografia, drogas y demás “pecaditos” ya arrebataron a unos cuantos.

Si queremos que la Iglesia logre calar entre las nuevas generaciones es imperativo que comencemos a implantar nuestras estrategias para predicar la palabra de Dios.

La Gran Comisión Digital

Mucho se ha hablado sobre el futuro de nuestra Iglesia en estos tiempos de cambios e innovación tecnológica. ¿Acaso ya no hay sitio para Dios en el corazón de los hombres? En occidente y según el país, en promedio alrededor del 80% de los jóvenes cristianos entre 18 y 29 años aseguran no saber cómo la Biblia puede ayudarles en su profesión o en sus estudios. Un 25% de los adultos jóvenes, educados en la fe cristiana consideran al cristianismo como una antítesis de la ciencia.

La venida de Jesucristo a este mundo tuvo como propósito, no solo redimirnos de nuestros pecados con la expresión del máximo sacrificio, sino también encargarnos una misión divina: compartir y hacer llegar la Palabra de Dios allí donde aún es desconocida (“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones” Mateo 28:19a NVI).

Si hacemos un buen uso de los dones y talentos que Dios nos dio, las nuevas tecnologías en Internet y las redes sociales a través de todos los equipos disponibles (computadores, celulares, tabletas, relojes, etc.) pueden convertirse en una poderosa herramienta que contribuya a llevar su Palabra a todos los rincones del mundo y dar consuelo y guía a los cristianos que lo necesiten. En este caso, el producto es el evangelio. Pero, ¿cómo lo haremos? El mundo avanza y debemos aprovechar estas herramientas pero debemos prepararnos para maximizarlas, pues de otra forma los resultados serán mediocres. El fin último es llevar la Palabra a todas las naciones en todos los rincones.

La iglesia le corresponde estar al día en los diferentes medios que hayan para llevar a conocer la Palabra de Dios. Existen cada día más personas con más acceso a Internet. Día a día aumenta el alcance de Internet acá en la tierra. Estamos parados sobre los hombros de aquellos valientes misioneros que llevaron el mensaje a lugares lejanos, inhóspitos y muchas veces peligrosos. Aún hoy en día algunos están en peligro mortal.

Mientras que la televisión necesitó de 13 años para alcanzar 50 millones de espectadores, Internet logró esta cifra en apenas 4. La red social Facebook superó los 200 millones en menos de 1 año y el servidor de descargas online del iPod alcanzó la cifra de 100 millones en apenas 36 meses y la descarga 5 mil millones (5 x 109) llegó en 9 años. La forma en la que la comunicación tiene lugar ha cambiado radicalmente en apenas unas décadas. Las personas y especialmente los Millennials (aquellas generaciones nacidas en las 2 últimas décadas del siglo XX) se relacionan a través de redes sociales como Twitter o Facebook –que en la actualidad ya cuenta con más de 1.200 millones de usuarios activos al mes- y buscan información en “motores de búsqueda” como Google, Yahoo o YouTube. Tal es la interconexión entre los usuarios de Internet que el 78% de los consumidores aseguran confiar más en la opinión de otros usuarios que en la publicidad.

Se impondrá en los próximos meses los llamados wereables (usables) que se denominan a las prendas y accesorios de uso diario con acceso a Internet y seguirán apareciendo más y más. Esto es imparable. Incluso allí, la iglesia y esencialmente el mensaje de Jesús debe estar presente.

¿Internet sin la presencia de la Iglesia?

La falta de determinación de algunos puede ser la oportunidad de otros. Personas no consideradas cristianos evangélicos de sana doctrina que se hacen pasar por religiones y no son mas que sectas bien organizadas y otros movimientos pseudo-religiosos no han perdido el tiempo durante estas décadas de desarrollo de Internet y han ido consolidando su presencia online, ocupando y desplazando el puesto de la Iglesia y dando una respuesta a aquellos que se sentían desatendidos. Tienen presencia en redes y especialmente en YouTube con calidad de producción digna de la mejor película de alto costo de Hollywood. De forma semejante, la fuerte voluntad de la confesión islámica ha contribuido a crear toda una corriente de pensamiento en Internet conocida como ciber-islam.

Si la Iglesia Cristiana no adopta una actitud responsable y activa respecto a su presencia en Internet, aumentará el rezago en lo que estamos obligados a hacer y otros lo harán por ella y peor aún, con las consecuencias que esto conlleva.

Presencia Digital

Hace ya unos años aparecieron una serie de herramientas que evolucionaron del marketing tradicional a lo que se conoce como Marketing Digital.

El marketing digital es el proceso repetitivo mediante el cual una serie de herramientas digitales eficientemente administradas y coordinadas crean una relación a largo plazo entre quien tiene un producto y quien necesita de él. Este producto pueden ser bienes o servicios. En nuestro caso es el mensaje del evangelio.

El día a día el mundo lo usa para llevar su mensaje y nosotros debemos ser sabios y astutos para hacerlo mínimo en las mismas proporciones, intensidad y fuerza o más aún, si me permites, pues tenemos la ventaja que nuestro mensaje ha demostrado ser el único imperecedero y con respaldo divino

Mediante el Marketing Digital (ya lo explicaremos) debemos usar estrategias adecuadas para llegar a las personas que no conocen del mensaje de salvación.

No podemos seguir abriendo cuentas personales en Facebook, Twitter o YouTube sin tener estrategias de comunicación para alcanzar a quienes no conocen de Dios. De hecho, debería haber una estrategia de comunicación aún sin tener presencia en Internet, pero será tema de otro libro.

La Iglesia Digital en el Nuevo Milenio debe ser tomada en serio, los demás lo están haciendo. Si tras leer esta información aún alberga dudas sobre la necesidad que la Iglesia se oriente hacia las nuevas tecnologías con base en Internet, quizá le interese saber que la conocida como Generación Z, o lo que es lo mismo, aquellos que han nacido en el nuevo milenio y están totalmente apegados a Internet y al uso de las nuevas tecnologías, consideran mayoritariamente que el email es un instrumento del pasado. Es decir, aquella herramienta que constituye una de las claves del éxito del marketing online de muchas empresas en la actualidad –y que ni siquiera ha sido adecuadamente explotada por parte de las iglesias cristianas- es vista por los adolescentes del siglo XXI como algo obsoleto. Si queremos que la Iglesia logre calar entre las nuevas generaciones es imperativo que comencemos a implementar nuestras estrategias para predicar la Palabra de Dios. Tenemos el mejor mensaje, la garantía que es verdadero, siempre válido, verificable y eterno. Lo que nos falta a veces es la decisión de conocer nuevas tecnologías y aplicarlas eficientemente.

Un futuro prometedor está aguardando a nuestras iglesias cristianas evangélicas protestantes. Tan solo es necesario que comprendamos el potencial que Internet supone para la realización de la gran comisión que nos fue encomendada. Miremos hacia adelante con optimismo y sin temor a lo desconocido, pues el Señor puso a nuestra disposición un mundo lleno de posibilidades y recursos que están ahora a nuestro alcance.

Todo esto recordando que:

  • Siempre, siempre, la gloria es para Dios, no para las personas.
  • El mensaje del Señor es imperecedero. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” Mateo 24:35 NVI
Por favor escríbeme a pedro@cincopanesydospescados.org. Será un gusto conocerte. Este artículo fue escrito por Pedro Lancheros y  apareció por primera vez en el blog de 5p2p.  Por favor, ten la libertad de difundirlo respetando y citando la fuente: cincopanesydospescados.org. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.
Salir de la versión móvil